Castulus y Stuttgarter. Cruz y cara de una jornada cervecera

Antes que los problemas de goteras, deshielos, herniamientos y demás obligaran a supender por falta de refrigeración el consumo de cerveza en casa, tuve la desdicha de toparme con una de esas cervezas que jamás olvidaré.


La birra en cuestión se llama Castulus y es checa. En este idioma está toda la etiqueta con lo cual sólo pude descifrar que su graduación es de 5,6 y que la elabora la cervecería Zeliv. Al servirla, me sorprendió gratamente su color oscuro y de decepcionó el hecho que no tuviera nada de gas ni levantara espuma. Sin embargo, como la experiencia, me ha demostrado, que ese detalle a veces, a pesar de la estética, no influye en el sabor de un buen zumo de cebada acometí esperanzado el primer trago.... Puaj!!!! Desbravada, sabor entre vino y cerveza... total, que pese a mis principios y jugándome ser calificado como hereje por el filósofo cervecero, el contenido de la botella fue a parar a las cloacas de la ciudad. Quizás no estaba en buen estado, pero la verdad es que acabé muy decepcionado, siendo además un producto de uno de esos países cerveceros que suelen ser garantía asegurada


Entonces no me quedó otro remedio que para enjuagar mi maltrecha garganta, echar mano de una rubia alemana y ligerita, demasiado ligera, que sin ser nada del otro mundo refrescó y apagó el mal momento y me sirvió almenos para acompañar las brochetas de pollo. Stuttgarter Hofbräu Pilsner es una birra muy suave de 4,9 º de color muy claro y que como su propio nombre indica está elaborada en Stuttgart. Poco más que contar y mucho más que beber en el futuro.