lunes, 2 de agosto de 2010

Crónicas del holandés errante (II)


Era inevitable. A pesar de que me juré a mi mismo que no caería ni una.... al final fueron 2. Un buen amigo me comentó que en Holanda, la Heineken no era lo mismo que en España... pues... tenía razón... puede ser peor y también mejor. Peor, la que me tomé en un local de la Rembrandt Platz donde no tenían otra cosa en barril y donde tuve que pedir después una Westmalle tripel para enmendar el entuerto.

Mejor, obviamente, la segunda y última que me tomé, durante la visita a la fàbrica-museo de la marca de la estrellita Roja. Fué el único museo que visité y la verdad es que es totalmente recomendable. La Heineken Experience (15 € entrada... por el niño no nos cobraron nada) consiste en un recorrido de hora, hora y media bastante didáctico, comprensible e interactivo por las instalaciones de la antigua cervecería. Para aquellos (acompañantes sobretodo) que no están muy imbuidos en el mundo cervecero, la 'experiencia' es muy llevadera ya que la visita no consiste en la clásica visita a una fábrica cervecera, sinó que acaba resultando muy atractiva.



El recorrido empieza con una pequeña historia de la marca, una explicación de como se elabora la cerveza y una visita a la zona de los antiguos tanques, para pasar a un área donde los recursos multimedia, los vídeos en alta definición, el bombardeo de publicidad de la multinacional, las experiencias 3-D, son los amos. A lo largo de la visita podemos contemplar algunas piezas de coleccionista (nada comparable a lo que se puede ver por ejemplo en Guinness), podemos personalizar una botella con nuestro nombre (5€), grabar mensajes en video o foto y mandarlos por correo electrónico y como no, degustar 2 cervezas por barba (en mi caso una).


Al final, en la tienda es posible adquirir todo tipo de breweriana, ropa, etc.... Yo opté por un interesante libro a todo color llamado 'The magic of Heineken' .


Cansados de tanto verde y después de tanto trajín por la ciudad... una visita al pub que más me gustó por decoración y el ambiente que se respiraba. Lo encontré por casualidad.

Se llama 'In de Wildeman', algo así como el hombre salvaje y se encuentra en un callejón peatonal del centro de Amsterdam.

Las paredes están salpicadas de historia cervecera en forma de botellas, publicidad, etc... Sirve 16-18 cervezas de barril (véase la carta) y unas 200 embotelladas.


Servidor se decantó por la De Hemel Grand Cru.... Deliciosa.... como colofón a una intensa jornada.

3 comentarios:

  1. Impresionantes fotos Txema, tanto las más divertidas como las más artísticas!

    A ver como continuan las peripecias en tierras "tulipanas".

    Un abraçada!

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  2. Estás ya por aquí? La semana que viene 'sense' falta!!!! Qué te parecen esas botellitas 'vintage'?

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  3. Acabo de ver el comentario. Volví ayer... Ya te contaré, ya... Mucha cervecería hay por allá arriba...

    Qué botellas vintage...? Las de las fotos, no? Quien las tuviera en la colección, jejeje!

    Una abraçada!

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