lunes, 27 de junio de 2011

'El Monje Borracho' y no precisamente en el ojo del tigre...


Un guiño a una de esas películas míticas de mi adolescencia sirve como título a este post dedicado a un auténtico templo cervecero que si bien ya tuve la oportunidad de visitar el año pasado aún no había sido comentado en este post. Hablamos de 'The Drunk Monk' considerada una de las mejores cervecerías del mundo y que está ubicada en Mataró, al norte de Barcelona. Como sobre el lugar ya se ha hablado mucho y otros tantos lo habréis frecuentado ya, me voy a limitar a la experiencia vivida en muy grata compañía este pasado sábado.

Llegamos tarde al local, si tenemos en cuenta que el tiempo es vital para poder degustar al menos una cantidad interesante de cervezas, pero nos pusimos manos a la obra rápidamente.
Afortunadamente teníamos mesa en la terraza y para empezar nos decantamos por una Slaapmutske de barril, que a pesar de su graduación (10º) entró fantásticamente en nues
tro cuerpo. En ese momento mis compañeros/as de mesa optaron por compartir botellas grandes (75 cl), como la Sta Bernardus de Navidad, la Rulles Estival, la IV o una Golden Carolus Cuvé Van der Keizer mientras un servidor optó por una táctica más individualista.


Así, aconsejado por Sven (un encanto de persona, 'alma mater' del negocio y gran conocedor de este mundillo) y después de deambular ante las neveras cargadas de 'cervezones' opté por una desconocida para mí, una Alpaide Blond, de 8,5ºC. Me pareció fantástica, cremosa, deliciosa... sorprendente.
En esas se hizo la hora de cenar y mientras la compañía seguía compartiendo yo iba a la mía, así que para acompañar una salchicha Nurenberger, me decanté por una Brewdog Hardcore IPA de barril, que con sus 150 IBUs me sentó de maravilla. En esas se acercaba la hora de marchar, ya había anochecido y como postre elegí una De Molen que me había sugerido Pau Lúpuloadicto, la Het en Verdoemenis 666, un pequeño botellín de 18,5 cl, una gran cerveza .


Fue como tomarse el café... de manera pausada y dejando que fuera adquiriendo temperatura ambiente... Había tiempo para más, pero los 50 km de carretera para volver a casa, aconsejaban prudencia y volver otro día, con una reserva de hotel hecha.... Palabra que será así....

2 comentarios:

  1. - chirrían los dientes de la envidia -

    Crack, menuda fiestecilla... Me temo que un servidor también hubiera ido de chupón individualista... jaja!! Ante tan gran surtido no quedaba otra...

    Para mi, y a falta de probar suerte por algún local de por el norte, es la mejor cervecería de la península.

    La Hell & Verdoemenis 666 que tal entonces? Bien?

    ResponderEliminar
  2. Muy buena, fantástica como colofón... lo dicho, el café que faltaba para dar por concluida la velada. Servida en una copita tipo brandy.. mis compañeros de mesa fliparon cuando me la trajeron... supongo que si les digo el precio... más aún!!! JA JA JA

    ResponderEliminar