Llega el fin de semana, tiempo de descansar

Tiempo de descansar pero no de dejar de beber cerveza. De hecho cuando escribo estas líneas, mi cuerpo ha engullido ya 2 tercios (medianas para los catalanes) de Amstel, que me han reportado en el Bar Javi 5 camisetas conmemorativas del Open 500 de tenis que se celebra en Valencia y tres cañas dobles (copas grandes) de exquisita Marzen Turia (la Marzen que se elaboraba para la difunta El Turia y que Damm sigue elaborando y distribuyendo en contados locales de la zona levantina - aviso, es una Marzen pero no es Voll-Damm) durante la reapertura de Casavella, ambos locales sitos en el barrio de Russafa de Valencia. A lo que vengo a referirme es que durante estos tres días (viernes, sábado y domingo) servidor va a dar rienda suelta a sus impulsos birreros sin pararse detenidamente a escoger esta u otra cerveza... Para hacer más ameno el 'weekend' os dejo una fabulosa tira cómica del siempre imprescindible Chris Browne y su entrañable Olafo. Sköl!

Whitstable Bay, una inglesa muy orgánica

Nunca me han gustado demasiado las inglesas (a las cervezas me refiero, de las otras ya hablaremos en un mejor momento). Reconozco la calidad y variedad de sus productos... esas Ale, Bitter, Porter, Pale Ale, I.P.A, Stout, etc.... y ese diseño en las botellas que, en casos como el de hoy me enamora (y que acabarán en manos de mi buen amigo y coleccionista Buscando), pero yo normalmente (como buen españolito setentero) soy más de las rubias. Aún así, como no le hago ascos a nada y me encanta experimentar nuevas sensaciones hoy me he decantado por esta Whitstable Bay Organic Ale, un producto de la cervecería Shepherdneame, la más antigua del Reino Unido (ubicada en Kent) que me llegó de rebote gracias a la gentileza de Nacho, un apasionado birrero valenciano con quien contacté a través de un foro y que se brindó a facilitarme esta y otras joyas cerveceras que llegan a nuestro país de la mano de las buenas gentes (que no conozco personalmente aún) de 2D2Dspuma, de Barcelona. Total, que hoy he dispuesto de este medio litro de ale de un color miel precioso, una cerveza seca, de 4,5ºque no levanta casi espuma (detalle que a mí personalmente y en general estéticamente no me gusta demasiado), de sabor amargo en un principio pero que se va tornando dulzón a medida que sigues bebiendo y que en general me ha gustado bastante para acompañar un espléndido guiso de salmón con patatas elaborado por la sacrosanta. Para chuparse los dedos y no dejar ni gota!!!!

Altura de Vuelo. Valenciana con nombre y apellidos

No lleva aún ni un año entre nosotros pero se ha convertido ya en una fija de mi despensa. Altura de Vuelo es hoy por hoy y siempre según mi paladar la mejor de las cervezas artesanas valencianas (hay pocas pero las hay). Detrás de la elaboración de esta (como ellos la definen) infusión de cebada fresca malteada y flor de lúpulo en agua de Casas del Rey (Requena), Valencia, está la sabiduría de Diego Fernández Pons, un enólogo reconvertido en maestro cervecero que después de darle mil y una vueltas al asunto ha acabado pergeñando esta cerveza de 4,2º que no está pasteurizada ni filtrada y que presenta por ello los típicos sedimentos en la botella. La elaboran de manera prácticamente familiar en una vieja (ahora reconvertida) cooperativa vinícola que espero visitar en breve. Del diseño se ha encargado otro de los hermanos de la familia, Jacobo, con quien siempre es un placer charlar sobre este nuestro apasionante mundo de la birra. Hoy me las prometía muy felices y pensaba degustarla acompañando un (al igual que ayer) austero plato de pechuga de pollo a la plancha con escalibada (no estoy de dieta pero lo parece) pero la irrupción en escena del pequeño vikingo me ha llevado a engullirla pues el pequeño ha demostrado la misma pasión compulsiva, aunque antes de tiempo, que su padre... Cosas de la genética!!!

PD: Cervezas Fernández Pons también elabora una ecológica, de nombre Entresendas que desafortunadamente aún no he tenido la oportunidad de degustar.

Ahí va la primera. Catalana-alsaciana con carácter

Bueno, para iniciar este mi segundo y absolutamente cervecero blog, nada mejor que una Moritz Epidor, la birrilla que ha acompañado mi austero plato de croquetas y ensalada. Como muchos sabréis, Louis Moritz era un alsaciano afincado en Barcelona a mediados del siglo XIX que fundó en 1856 la marca que nos ocupa en el post de hoy. Sin embargo, en 1978 la cervecera Moritz cerró sus puertas para reabrirlas hace ahora 5 años. La birra de hoy, la Epidor era el producto estrella de la marca y vio la luz en 1923. En esta nueva etapa hemos tenido que esperar al presente año para poder degustar esta cerveza de 7,2 º que a pesar de su potencia entra divinamente. Ya te digo!!! Vaya peligro!!. Para aquellos que queráis una crítica cervecera mejor os remito a la nota de cata del buen filósofo birrero. Salud!