martes, 19 de octubre de 2010

Satán anda suelto y te tienta con cervezas SIN. Un cuento real


Ayer, mientras deambulaba por la ciudad tras visitar a mi reumatólogo de cabecera (el hombre que comparte mi preocupación por la 'hiperucemia' -gota- aunque sin embargo él no la padezca y yo sí) cuando fui abordado por una mujer joven. La cosa era para asustarse ya.... pues no estoy acostumbrado a tales encontronazos. Por si fuera poco se me dirigió con esta atractiva e inquietante pregunta: ¿Te gusta la cerveza.... y cuando servidor ya había contestado efusivamente de manera afirmativa, acabó la pregunta... SIN?. Mierda, pensé, ahora cómo salgo de ésta? Balbuceé pero ella encontró la respuesta: 'de vez en cuando verdad, quizás cuando conduces... quieres participar en una encuesta?'... Entre que eran las 16h, que el reumatólogo no me arregló el futuro, que andaba desorientado, que me pilló con las defensas bajas y que es cierto que de mucho en mucho (y por temas de coleccionismo) destapo alguna SIN para mezclarla con limón o gaseosa, la acompañé a un bajo inmundo (por la decoración inexistente y lo lúgubre del lugar) donde me esperaba otra jovencita. Mi mente ya desvariaba y pensé que en cualquier momento podría ser el protagonista de una escena erótica (con cámara oculta, evidentemente), que podría acabar como el participante de una película snuff o simplemente que se trataba de una fiesta sorpresa por mi recién celebrado cumpleaños. Ni lo uno ni lo otro, realmente era una comparativa entre 2 cervezas SIN, que tuve que catar y comentar.


Mi número de referencia era el 666 y entonces fue cuando pensé que Satán me ronda últimamente y me somete a demasiados desafíos. Es la segunda vez en poco más de un mes que esta cifra me sacude... y además el mismo día por la mañana la cuenta del bar del curro sumó 6,60 y el paquete de Correos 6,61. Tenía miedo y quería acabar cuanto antes así que engullí las dos birras: Carrefour Sin y Mahou Sin (mucho mejor esta última, almenos creo que para los cerveceros ortodoxos, los descafeinados seguramente preferirán la otra). Supongo que el experimento, por el cual obtuve un fabuloso bolígrafo de 4 colores, lo había encargado la marca madrileña pues a otra chica le hicieron probar Dia Sin y Mahou Sin. Huí rápidamente del local que extrañamente olía a azufre y sólo respiré tranquilo cuando volví a ver la luz del día. Por la noche, ya en casa, me tomé una Coca Cola light, pues temía que las IPA que tenía en la nevera se hubieran trasmutado en Satán, Judas, Lucifer, Biere du Demon, 666 y otras maldades similares.... Colorín, colorado.... este cuento (que es real) se ha acabado.

3 comentarios:

  1. Cuando ya estaba empezando a emocionarme con la aventura de las dos chicas van y te someten a una torturadora SIN... Estas jovenzuelas de hoy en día...

    Muy buen relato, Txema... Me he reído un montón!!!

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  2. Buen relato corto, tiene de todo risas, suspense, lagrimas (no por la cerveza SIN, sino por no terminar de forma erotica), te podrias dedicar a esto de escribir.

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  3. Lo peor... es que es cierto!! Gracias por los halagos!!!

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